top of page

5 pasos para recibir las bendiciones de Dios

  • 18 abr
  • 3 Min. de lectura
Mira este vídeo como complemento al devocional

Un hombre levanta sus manos a Dios

Devocional: Cinco pasos para recibir las bendiciones de Dios

Las bendiciones de Dios no son premios. No son recompensas por ser perfectos.

Son regalos de amor que Dios quiere darte, pero a veces no estamos preparados para recibirlos. ¿Por qué? Porque estamos distraídos, cargados, cerrados, o demasiado enfocados en otras cosas.


Dios quiere bendecirte. Sí, a ti. Pero para eso, tienes que alinear tu corazón. No se trata de “hacer todo bien”, sino de caminar en fe y con el corazón abierto.


Aquí no te voy a dar una fórmula mágica.

Solo cinco pasos espirituales que Dios suele usar para preparar a una persona antes de derramar bendiciones:


1. Rinde tu voluntad

Antes de pedirle a Dios que te bendiga, pregúntate: ¿estás dispuesto a aceptar Su voluntad, incluso si no se parece a la tuya?

La verdadera bendición no es lo que tú imaginas, sino lo que Él sabe que necesitas.


2. Limpia tu corazón

Hay cosas que Dios quiere darte, pero no puede hacerlo si tu corazón está lleno de rencor, orgullo, o egoísmo.

Pídele que te limpie, que te prepare. Él no bendice solo por fuera, también transforma por dentro.


3. Camina por fe, no por vista

Muchos quieren ver primero y creer después. Pero Dios dice: “Cree, y verás.”

No esperes sentirte listo. No esperes entender todo. Da el paso, confía. Y en el camino, la bendición vendrá.


4. Obedece, aunque no entiendas

Dios honra la obediencia más que los sacrificios vacíos.

Si te está pidiendo algo —perdonar, soltar, empezar, dejar algo atrás— hazlo.

La bendición muchas veces está justo después del acto de obediencia..


5. Agradece antes de recibir

¿Sabes qué activa lo sobrenatural? La gratitud en medio de la espera.

Agradece como si ya lo tuvieras. Porque si viene de Dios, viene.

Tal vez no como esperas, pero siempre a tiempo.

Hoy no vienes por casualidad. No estás aquí porque sí.

Estás aquí porque tu corazón anhela recibir algo real de parte de Dios.


Así que haz este momento íntimo. Cierra tus ojos un instante y repite dentro de ti, no como una afirmación mágica, sino como una declaración de fe:


“Señor, estoy preparado para recibir lo que Tú me quieras dar.”

“Hoy camino con fe, no con miedo.”

“Mi alma está abierta a Tu voluntad.”

“Confío en Tus tiempos, no en los míos.”


No estás aquí para exigir. Estás aquí para rendirte.

Para decirle a Dios: ‘Haz en mí lo que tú sabes que es mejor.’


Y con esa actitud… entonces sí, prepárate, porque lo que vas a recibir no es humano. Es del cielo.

Oración:


Antes de que empieces a orar, haz silencio por dentro. Respira. Suelta lo que vienes cargando.

Y dile al Señor, con sinceridad, aunque sea en voz baja:


“No vengo a pedir por costumbre… vengo a abrir el corazón.”

“Estoy listo para escucharte, aunque me duela.”

“No quiero imponerte mi plan, quiero recibir el tuyo.”

“Haz lo que tengas que hacer, Señor… solo no te vayas de mi lado.”


Ahora sí, ora con todo tu ser.

No pongas límites. No filtres emociones. No te guardes nada.

Esta es tu cita con el Dios que ve lo que nadie más ve.

Y Él te está escuchando.



Oración de consagración:


Señor, alinea mi corazón con el cielo

Padre amado, no quiero correr detrás de bendiciones vacías.

Quiero lo que viene de Ti. Lo que Tú sabes que necesito.


Limpia mi corazón. Quita de mí lo que estorba.

Dame humildad para obedecer, fe para avanzar y gratitud para esperar.

No quiero bendiciones que me alejen de Ti.

Quiero bendiciones que me acerquen, que me transformen, que me llenen de Ti.


Hazme sensible a tu voz. Hazme valiente para soltar lo que tengo que soltar.

Y si en el proceso tengo que esperar, enséñame a esperar con fe y alegría.

Porque prefiero esperar por algo tuyo, que correr por algo que no lleva tu nombre.


Antes de que empieces a orar, haz silencio por dentro. Respira. Suelta lo que vienes cargando.

Y dile al Señor, con sinceridad, aunque sea en voz baja:


“No vengo a pedir por costumbre… vengo a abrir el corazón.”

“Estoy listo para escucharte, aunque me duela.”

“No quiero imponerte mi plan, quiero recibir el tuyo.”

“Haz lo que tengas que hacer, Señor… solo no te vayas de mi lado.”


Ahora sí, ora con todo tu ser.

No pongas límites. No filtres emociones. No te guardes nada.

Esta es tu cita con el Dios que ve lo que nadie más ve.

Y Él te está escuchando.

Amén.


📖 Versículo sugerido para cerrar:

“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

— Mateo 6:33

Comments


  • Youtube
  • Facebook

©2025 por Consejero Espiritual

Sergio Andres

Logo paypal
FooterDescargaAndroid.png
  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • Youtube
  • TikTok
bottom of page