Dios es la Respuesta a Tus Problemas

A veces escuchamos las palabras: "Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida."

Pero luego miramos a nuestro alrededor… y tal vez nuestra vida no es tan maravillosa como esperábamos.

¿Cómo confiar en el amor de Dios cuando nuestras vidas no están en su mejor momento?

Sus caminos no son nuestros caminos, ni sus pensamientos nuestros pensamientos.

Necesito seguir dándole a Dios el beneficio de la duda. Necesito seguir creyendo que Él nunca permite el dolor, a menos que tenga un propósito.

Él me ama. Y lo mejor que puedo hacer es no distraerme.

Su amor es la fuente de todo consuelo.

El profeta Jeremías entendió esto en el libro de Lamentaciones.

Jeremías está clamando a Dios, devastado… y con razón. Él llora, le grita a Dios, pero luego dice:

“Aunque aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias.”

Lamentaciones 3:32

También dice esto:

“Por la bondad del Señor es que no somos consumidos, porque nunca decaen sus misericordias.

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.”

Queridos, esto es a lo que debemos aferrarnos.

El Señor es nuestra porción.

Su amor tal vez no tenga perfecto sentido para nosotros en este momento, pero también su fuerza es lo que nos impide desmoronarnos.

Entonces, ¿cómo confiar en el amor de Dios cuando nuestras vidas no están en su mejor momento?

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Oremos:

Señor, hoy quiero aprender a amar verdaderamente, de la misma manera que Tú amas: sacrificadamente, de todo corazón y con la intención de servir. Elimina cualquier patrón de egoísmo que me impida preocuparme por otros y amarlos como debería.

Muéstrame el camino en tu palabra. Dame forma cada día.

Inhala la vida de tu Espíritu en mi corazón, para que pueda vivir de nuevo según el poder de tu palabra.

Padre celestial, a ti —y solo a ti— te debo la vida.

Ayúdame a someter el anhelo de amor verdadero completamente a ti. Como enseña el primer gran mandamiento, confío plenamente en ti para tomar la mejor decisión de acuerdo con tu propósito y plan.

Te entrego mis deseos, mis heridas y mis sueños.

Todo lo que puedo hacer es creer que tu tiempo es perfecto y mejor.

Líbrame, oh Dios, de cualquier herida pasada.

Examina mi interior, desarraiga los preceptos erróneos que nublan mi juicio. Que mi deseo de amar y ser amado venga de un lugar puro. Corrige mis pensamientos si tengo ideas vanas o equivocadas. Expulsa de mi vida a quienes solo traen toxicidad, y envía a quienes sí deben estar.

Saca lo mejor de mí.

Llévame a un lugar de humildad que mantenga mi corazón justo delante de ti y de los demás.

Dame la sabiduría para amar desde un lugar de verdad, integridad y paz.

Por eso hoy quiero consagrar mi vida a ti, oh Dios.

Que pueda glorificarte en cuerpo y alma, dejando de lado mis propios intereses egoístas para ser uno solo contigo en espíritu.

Que pueda unirme a la alabanza que nace en la naturaleza misma, y que no deje de amarte.

Que con mi vida refleje el amor que nace desde lo profundo de mi corazón.

Guárdame, Señor, en tus caminos, en tu verdad, en los principios de tu ley y en tu inmenso amor.

Por Jesucristo bendito…

Que así sea.

Amén.

¿Te gustaría que lo prepare también en formato para video, post de Instagram o devocional descargable? Puedo ayudarte con eso también.

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Conclusión:

Tal vez hoy no tengas todas las respuestas. Tal vez el dolor siga allí y los silencios de Dios pesen más que las promesas. Pero aun así, hay algo que permanece: Su amor. No es un amor de palabras bonitas, es un amor que sostiene cuando todo lo demás se cae. Un amor que corrige, transforma y espera pacientemente hasta que puedas volver a confiar. Que este mensaje no solo te consuele, sino que te lleve a recordar que Dios no ha terminado contigo… ni con tu historia.

Comparte si este mensaje tocó tu corazón.

Tu voz puede ser la esperanza de alguien más.

Sergio Andrés, tu Consejero Espiritual.