Salmo 1:
Bienaventurado el varón
Que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Jesús te dice hoy
Hijo mío, en esta temporada de Navidad, quiero recordarte que el nacimiento del Niño Jesús es un acto de amor infinito y una invitación a vivir con propósito y esperanza. Así como el Salmo 1 nos llama a buscar la verdad y la sabiduría, la vida de Jesús es un ejemplo perfecto de cómo estas virtudes pueden transformar tu corazón y tu vida. Él vino al mundo como un reflejo de mi amor por ti, para mostrarte el camino de la luz y la redención.
La Navidad no es solo un momento de celebración, sino también de reflexión. En este tiempo, abre tu corazón al mensaje del Salvador. Al igual que un árbol plantado junto a corrientes de aguas, tú también puedes ser una fuente de vida, esperanza y bendición para quienes te rodean. Permite que su ejemplo guíe tus pasos, y vive de manera que tu vida refleje su compasión y generosidad.
Quiero que recuerdes que cada acto de amor y bondad que realices es un testimonio de mi amor en acción. Abrazar esta temporada con un espíritu de gratitud y servicio es la mejor manera de honrar el nacimiento de mi Hijo. A través de ti, otros podrán ver el regalo de la esperanza y la paz que Él trae.
Con todo mi amor, Jesús.
Plegaria en respuesta
Señor, en esta Navidad, me acerco a Ti con gratitud por el regalo de Tu Hijo, Jesús. Su nacimiento es la luz que ilumina nuestras vidas y la esperanza que renueva nuestros corazones. Te agradezco por este recordatorio de Tu amor infinito, que transforma y redime nuestras almas.
Te pido que me ayudes a vivir esta temporada con un corazón abierto y generoso. Que cada palabra que diga y cada acción que realice sean un reflejo de Tu amor y una fuente de esperanza para quienes me rodean. Enséñame a compartir el mensaje de Jesús, no solo en palabras, sino en hechos, sirviendo y amando con todo mi ser.
Permíteme encontrar gozo en dar y en llevar Tu paz a los demás. Gracias por el don de la vida de Tu Hijo, que nos enseña a vivir con propósito y fe. Que mi vida sea un testimonio vivo de Tu amor y un canal de bendición para los que más lo necesitan.
Amén.
Conclusión
En esta Navidad, deja que el amor de Jesús transforme tu corazón y guíe tus pasos. Cada gesto de generosidad y compasión es una forma de honrar el regalo de Su vida. Reflexiona sobre cómo puedes ser una luz para quienes te rodean, compartiendo el mensaje de esperanza y redención que nos trae Su nacimiento.
Si esta oración ha tocado tu vida, te invito a compartir tus reflexiones en los comentarios y a seguir este espacio para continuar creciendo juntos en fe y amor. Que esta Navidad esté llena de bendiciones y que la luz de Cristo ilumine tu camino.
Feliz Navidad. Sergio Andrés, tu Consejero Espiritual.
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