Hay noches en las que dormir parece una tarea imposible. Damos vueltas, pensamos en el día que pasó y en las preocupaciones que vendrán mañana. El sueño nos evade, y cuanto más intentamos alcanzarlo, más se aleja. Si alguna vez te ha sucedido, sabes lo frustrante que puede ser. Sin embargo, esos momentos también son una oportunidad para acercarnos a Dios, entregarle nuestras ansiedades y pedirle que nos conceda Su paz, esa que va más allá de toda comprensión humana.
La Palabra de Dios está llena de promesas que nos recuerdan que, incluso en los momentos de inquietud, Él nos sostiene. Salmos 4:8 dice: “En paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” Estas palabras nos invitan a descansar en la seguridad de que Dios cuida de nosotros incluso mientras dormimos.
Quizás esta noche te encuentres despierto, dándole vueltas a tus preocupaciones. Pero hoy quiero invitarte a que, en lugar de intentar resolver todo por tu cuenta, te acerques a Dios y le entregues tus inquietudes. Él puede darte el descanso que necesitas.
Oremos:
“Al reunirnos con el señor al final del día, damos gracias y pedimos tu amoroso cuidado.
Gracias por las sonrisas que compartimos y por las tristezas que sentimos. Gracias por lo bueno y aquello por lo que de alguna manera no fue tan bueno, de esta vida nos llevamos solo experiencias. Has que podamos ver aquello negativo como una oportunidad para crecer y superarnos personal y espiritualmente.
Tenemos la bendición de que nos proporcionas comida y un techo donde refugiarnos. Gracias por nuestra familia. Ayúdanos a ser como tú.
Esta noche te pedimos que nos ayudes a descansar, envíanos sueños de paz, has felices y tranquilos nuestros corazones, danos oídos atentos para escuchar tu voluntad y honrarte por encima de todo.
Querido Jesús, gracias por el día que pasó, podemos ver a nuestro alrededor que te preocupas por nosotros, te alabamos por tu trabajo en nuestras vidas, ayúdanos a obedecerte y honrarte. Por favor, cuida aquellos que están enfermos, Solos o que sufren. Gracias por bendecirnos con una familia, gracias por bendecirme con mi cama, por mi habitación, por la lectura de tu palabra y porque me darás un sueño profundo y alentador en el nombre de Jesús, amén.”
Cuando terminamos el día con una oración, estamos recordándonos a nosotros mismos que no estamos solos, que Dios está presente en cada aspecto de nuestra vida. Descansar en sus promesas nos permite liberar el estrés acumulado y encontrar verdadera paz.
Te invito a que cada noche nos unamos en oración y reflexión, entregándole a Dios nuestras preocupaciones y encontrando en Él el descanso que nuestras almas anhelan. Juntos, cada día, compartiremos una nueva Oración y Reflexión de la noche. ¡Nos vemos mañana! Que Dios te bendiga y te llene de Su paz.
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