Oración Inicial: Querido Dios, venimos ante Ti con corazones abiertos y humildes. Te invitamos a ser el centro de nuestras vidas y a enseñarnos a poner primero tu reino.
Nos postramos ante Ti con gratitud y reverencia. Reconocemos que eres el Rey de reyes y el Señor de señores. En este momento, deseamos apartar cualquier distracción y enfocar nuestra atención en tu presencia santa.
Te invitamos a ser el centro de nuestras vidas y a enseñarnos a poner primero tu reino. Que tu Espíritu Santo guíe este tiempo de devoción, abriendo nuestros corazones para recibir tu palabra con humildad y obediencia. Amén.
Lectura Bíblica: Mateo 6:33 (NVI) "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."
Esta poderosa declaración proviene de las enseñanzas de Jesús durante el Sermón del Monte. En estas palabras, Jesús nos brinda una clave fundamental para vivir una vida plena y equilibrada. Al exhortarnos a buscar primero el reino de Dios y su justicia, nos está invitando a priorizar lo eterno sobre lo temporal.
La búsqueda del reino de Dios implica colocar a Dios en el centro de nuestras vidas, reconociendo Su señorío sobre todas las áreas. No se trata solo de buscar Sus bendiciones o respuestas a nuestras oraciones, sino de comprometernos con una relación profunda y comprometida con Él.
La "justicia de Dios" a la que Jesús se refiere no solo se refiere a la rectitud divina, sino también a vivir de acuerdo con los principios y valores del reino de Dios. Es vivir de una manera que refleje Su amor, gracia y misericordia en todos los aspectos de nuestra existencia.
La promesa que acompaña este mandato es asombrosa: "y todas estas cosas os serán añadidas". Jesús está asegurándonos que, cuando buscamos primero a Dios, Él se encarga de nuestras necesidades diarias. Al poner a Dios en el centro, confiamos en Su provisión y en Su dirección para nuestras vidas.
Esta lectura nos desafía a evaluar nuestras prioridades y a preguntarnos sinceramente si estamos buscando activamente el reino de Dios en cada decisión y área de nuestra vida. Al reflexionar sobre estas palabras, permitámonos sentir la urgencia y la alegría de poner a Dios en primer lugar, confiando en que Él cuidará de nosotros de maneras que superan nuestra comprensión.
Reflexión: Poner a Dios en primer lugar implica buscar Su reino y Su justicia antes que cualquier otra cosa en nuestra vida. Es un compromiso diario de entregarle nuestras preocupaciones, sueños y decisiones. Al hacerlo, confiamos en que Él añadirá todo lo que necesitamos.
Poner a Dios en primer lugar no es simplemente un acto simbólico, sino una transformación profunda de nuestras prioridades y perspectivas. Requiere una reflexión continua sobre cómo vivimos nuestras vidas y toma de decisiones diarias.
Evaluación de Prioridades:
Reflexiona sobre tus prioridades actuales. ¿En qué áreas de tu vida te resulta más difícil poner a Dios en primer lugar? ¿Es en tus relaciones, en tu carrera, en tus decisiones financieras? Examina tus elecciones y determina si reflejan la búsqueda activa del reino de Dios.
Confianza en la Providencia Divina:
Considera tus preocupaciones y ansiedades. ¿Te has encontrado atrapado en la preocupación constante por el futuro o las necesidades diarias? La promesa de Jesús es que, al buscar primero el reino de Dios, todas estas cosas serán añadidas. Reflexiona sobre cómo puedes confiar más plenamente en la providencia divina.
Compromiso Diario:
La reflexión no es solo un ejercicio intelectual, sino un llamado a la acción. ¿Cómo puedes llevar a cabo, de manera práctica, la búsqueda diaria del reino de Dios? Esto puede incluir tiempos regulares de oración y lectura de la Biblia, tomar decisiones éticas en tu vida cotidiana y vivir con gratitud por las bendiciones recibidas.
Impacto en las Decisiones:
Considera cómo la perspectiva de buscar primero el reino de Dios puede impactar tus decisiones importantes. Ya sea en la elección de una carrera, la gestión de relaciones o el manejo de tus recursos, pregúntate cómo estas decisiones reflejan o desafían tu compromiso de poner a Dios en primer lugar.
La reflexión nos invita a ir más allá de las palabras y convertir la enseñanza de Jesús en una práctica diaria. Es un llamado a la autoevaluación honesta y a la búsqueda constante de alinearnos con los propósitos de Dios en nuestra vida. Al hacerlo, encontramos una paz y un propósito que van más allá de las circunstancias externas, sabiendo que estamos construyendo nuestras vidas sobre una base sólida y eterna.
Tómate un momento para reflexionar sobre las áreas de tu vida en las que no has estado poniendo a Dios en primer lugar. Ora sinceramente, entregándole esas áreas y pidiendo Su guía para que puedas buscar Su reino de manera más intencional.
Tiempo de Adoración: Escucha o canta una canción que refleje tu deseo de poner a Dios en primer lugar. Permítete adorarle y reconocer Su soberanía en tu vida.
Compromiso Diario: Hoy, toma la decisión consciente de poner a Dios en primer lugar. Antes de tomar decisiones importantes, consultarle en oración. Dedica tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración, priorizándolo sobre otras actividades.
Recuerda que al poner a Dios primero, estás construyendo un fundamento sólido para tu vida.
Oración Final: Señor, te agradecemos por la oportunidad de poner en práctica tu mandato de buscar primero tu reino. Ayúdanos a mantener nuestros ojos en Ti y a confiar en que, al hacerlo, todas las demás cosas serán añadidas.
Padre celestial, alzamos nuestros corazones hacia Ti en gratitud y adoración. Te agradecemos por este tiempo dedicado a buscar tu presencia y reflexionar sobre tu Palabra. Nos humillamos ante tu grandeza, reconociendo que eres el soberano y el dueño de nuestras vidas.
Te pedimos, oh Señor, que nos concedas la gracia de mantener siempre tu reino como la prioridad suprema en nuestras vidas. Fortalécenos para buscar tu justicia en todo lo que hacemos, pensamos y decimos. Que nuestras vidas reflejen la luz de tu amor y gracia.
Padre, en este momento, entregamos nuestras preocupaciones y cargas a tus pies. Sabemos que eres un Dios fiel que cuida de nosotros. Ayúdanos a confiar más plenamente en tu providencia y a caminar en la certeza de que, al buscar primero tu reino, todas las demás cosas nos serán añadidas.
Te pedimos, Espíritu Santo, que nos guíes en nuestras decisiones diarias y en nuestras interacciones con los demás. Que nuestras vidas sean testimonios vivos de tu amor redentor y transformador. Capacítanos para vivir de una manera que refleje tu carácter santo y que atraiga a otros hacia ti.
Señor, a medida que nos despedimos de este tiempo de devoción, te pedimos que tu paz que sobrepasa todo entendimiento llene nuestros corazones. Que podamos llevar la luz de tu presencia a cada rincón de nuestras vidas y a las vidas de aquellos que nos rodean.
En el nombre poderoso de Jesús oramos, confiando en que tu gracia nos sostendrá y que tu amor nos guiará cada día. Amén.
Llamado Final para Reflexionar:
Amados en la fe,
Al concluir este tiempo sagrado de devoción, deseo dirigirme a vuestros corazones con una súplica ferviente. Las palabras que hemos compartido no son simplemente letras en una página, sino una invitación divina a una transformación profunda y significativa en nuestras vidas.
El llamado de buscar primero el reino de Dios y su justicia es una brújula para nuestros corazones, guiándonos en el camino de la verdadera plenitud. Os insto a llevar estas palabras contigo, no solo en la mente, sino grabadas en el núcleo de vuestro ser.
Que cada reflexión sobre la prioridad de Dios en nuestras vidas sea como una semilla plantada en tierra fértil. Que germinen en vosotros una mayor consciencia de Su presencia, una confianza más profunda en Su guía y una disposición renovada para seguirle con fidelidad.
Permitid que el mensaje de este devocional resuene en vuestros días y noches. Que influya en vuestras decisiones, modele vuestras acciones y llene vuestros pensamientos con la verdad eterna. Que el compromiso de buscar el reino de Dios antes que cualquier otra cosa se convierta en el lema de vuestro caminar diario.
Recordad, queridos, que este llamado no es solo para unos pocos elegidos, sino para cada uno de vosotros. En el silencio de vuestras oraciones, dejad que la voz de Dios hable a vuestro corazón, recordándoos que en Él encontraréis todo lo que verdaderamente necesitáis.
Que este mensaje sea más que palabras; que se convierta en una llama que ilumine vuestro sendero y en un manantial que sacie vuestra sed espiritual. Que en la búsqueda constante del reino de Dios, encontréis una paz que el mundo no puede dar y una alegría que supera toda comprensión.
Que este devocional no solo sea una experiencia pasajera, sino el comienzo de una jornada más profunda hacia la presencia y la voluntad de nuestro Dios amoroso.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Tu CE Sergio Andres
Gracias por éste hermoso tiempo gracias por recordarnos que vasta ponerte en primer lugar para terlo todo señor ayúdame DIOS a poner en tus manos día con día mi tiempo mis obligaciones mis problemas mis alegrías y cada decisión que tenga k tomar recuerda me padre cada mañana aserlo te lo pido en él precioso nombre de Jesús amén
Buenos días Dios,Buenos días Sergio Andrés hermosa reflexión siempre poniendo a Dios en primer lugar, Dios te bendiga mucho 🙏❤️
Gracias, Sergio!
Por acompañarnos, a los que espiritualmente estamos sin fueras, tristes y solos!
Bendiciones! 🙏🌈🙏🙌🙏✍️🙏👏🙏🌹🙏
Amén 🙏🙏🙏