Salmo 139 Para sentir la presencia de Dios hoy

📖 Devocional – Salmo 139: Para sentir la presencia de Dios hoy

Versículos clave:

“Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar,

aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.”

(Salmo 139:9-10)

🌅 Introducción

Si Dios está en todas partes… ¿por qué a veces sentimos que no está?

¿Por qué hay momentos en que el corazón se siente vacío, la oración suena sin eco y la fe parece silencio?

Es una pregunta honesta, y el salmista también la sintió.

El Salmo 139 no lo escribió alguien que vivía en una calma eterna, sino un hombre que conocía el desierto, la culpa, la duda y la soledad. Y, sin embargo, en medio de todo, llegó a una certeza: no importa dónde esté, Dios sigue ahí.

“Si tomare las alas del alba…”

Es decir: si me elevo a lo más alto.

“…y habitare en el extremo del mar…”

Si me voy lejos, donde nadie me conozca ni me encuentre.

Aun allí —dice David— me guiará tu mano.

Aun allí, cuando no siento nada, cuando estoy lejos de todo y de todos, tu presencia no se ha movido de mi lado.

💭 Cuando sentimos que Dios se ha ido

A veces no es que Dios esté lejos, es que nuestras emociones hacen ruido.

El cansancio, el dolor, la culpa, o el miedo pueden nublar la percepción de Su presencia. Pero aunque no lo sientas, Él sigue tan cerca como siempre.

Dios no se ofende cuando dudas.

No se aleja cuando te cansas.

Él se queda, silencioso y fiel, esperando que lo reconozcas otra vez.

“Aun allí me guiará tu mano.”

No dice “quizá”, ni “si te portas bien”, ni “si oras lo suficiente”.

Dice “aun allí” —en el lugar más remoto, más frío, más roto—, Él te guiará.

🌊 El Dios que no se rinde contigo

El “extremo del mar” representa esos lugares a los que uno huye cuando no quiere sentir nada: la confusión, la tristeza, el aislamiento.

Pero aun ahí, la mano de Dios alcanza.

No hay distancia emocional ni geográfica que lo detenga.

Dios no te sigue para juzgarte, te sigue porque te ama demasiado como para perderte.

Él no camina detrás de ti para observarte, sino a tu lado para sostenerte.

Y cuando te sientes vacío, es porque tu alma anhela recordarlo, no porque Él se haya ido.

✨ La promesa del versículo 10

“…me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.”

Guía y sujeción. Dirección y cuidado.

No solo te muestra el camino, te toma de la mano mientras lo recorres.

Incluso cuando tropiezas, su mano no te suelta.

Incluso cuando te alejas, su mano te alcanza.

Así es la presencia de Dios: constante, silenciosa, paciente, pero inquebrantable.

🙏 Oración: Para volver a sentir la presencia de Dios

Padre amado, a veces me siento solo.

Hay días en los que mi corazón no percibe tu voz y mi mente se llena de dudas.

Pero hoy me aferro a tu promesa: aun si tomo las alas del alba, aun si me pierdo en el extremo del mar, tu mano me guiará.

Señor, recuérdame que no vivo lejos de Ti, sino dentro de tu mirada.

Enséñame a reconocerte en lo cotidiano, en lo pequeño, en lo simple.

Que tu presencia no sea solo algo que crea, sino algo que experimente cada día.

Si me siento débil, tómame de la mano.

Si pierdo el rumbo, guíame con ternura.

Si mi fe se apaga, enciende en mí el fuego de tu amor.

Gracias porque nunca te vas, aunque a veces no te sienta.

Gracias porque tu presencia no depende de mi estado de ánimo, sino de tu fidelidad eterna.

Amén.

🔚 Conclusión

El Salmo 139 no promete una vida sin oscuridad, sino una vida donde la oscuridad no puede apagar la presencia de Dios.

Él está contigo cuando todo brilla y cuando todo parece apagado.

Aunque te sientas lejos, su mano sigue ahí, guiándote y sosteniéndote.

Hoy, antes de terminar este día, haz una pausa.

Cierra los ojos y di en silencio:

“Señor, sé que estás aquí. Aunque no te vea, estás.”

Y esa simple frase será suficiente para volver a sentir Su presencia.