SALMO 23: El Salmo que te sostiene cuando todo se derrumba
- hace 15 horas
- 3 Min. de lectura

El Salmo 23 Es la declaración más poderosa que un alma puede hacer en medio del dolor.Es una respuesta en voz baja cuando ya no tienes fuerzas para gritar.Es la voz de alguien que, aún caminando por el valle más oscuro, sigue creyendo:Es refugio para quien ya no puede más.Es alimento para quien siente que su espíritu se desmaya.Es, la voz de Dios hablándole a tu corazón cuando el mundo se viene abajo.
“El Señor es mi pastor; nada me faltará.”
Este salmo ha sostenido a personas al borde del colapso, desesperados por una salida.Ha levantado a enfermos, ha consolado a quienes lloran una pérdida, ha sido escudo para quienes lo han perdido todo.
Tal vez tú eres esa persona.Tú, que estás al borde del colapso emocional, que no sabes cómo vas a pagar las cuentas ni cómo sostener tu casa en pie.Tú, que abriste los ojos esta mañana con más miedo que fe.Tú, que ya no oras porque sientes que Dios no responde.
Hoy no es casualidad que estés escuchando esto.Dios te dice:
“Yo soy tu Pastor. Y aunque estés caminando por el valle más oscuro, no estás solo. Yo camino contigo.”
Este Salmo no te promete que no habrá dolor…Te promete que el dolor no te tragará, porque Dios está contigo dentro del dolor.
¿Por qué? Porque no promete comodidad, pero sí garantiza presencia divina.Porque no evita el valle, pero asegura que no lo cruzarás solo.
Y eso… lo cambia todo.
🙏 Oración: Pastor eterno, llévame de la mano
Señor, tú eres mi Pastor… y yo soy esa oveja cansada, perdida en del miedo, el cansancio, del no saber qué hacer.A veces creo que ya no tengo fuerzas para continuar, pero tú me tomas en brazos.Tú eres mi refugio cuando siento que no puedo más.Eres mi dirección cuando todo lo demás se volvió confuso.Eres mi sustento, cuando el pan falta en la mesa y el alma tiembla de incertidumbre.
Hazme descansar. Hazme confiar.Llévame a tus pastos verdes, Señor… aunque por fuera esté rodeado de desierto.Guíame a esas aguas de reposo, aunque dentro de mí haya una tormenta.Recuérdame que aunque camine por un valle oscuro, tu vara y tu cayado me infunden aliento.Quédate conmigo… no me sueltes.
Señor, mi corazón está cansado, y mi alma te busca en medio del ruido.Hay días en los que no sé qué hacer… y hoy es uno de ellos.Pero me aferro a tus promesas. Me aferro a tu Palabra.Guíame como buen Pastor. Llévame a esas aguas tranquilas, porque por dentro hay una tormenta.Sujeta mi alma cuando sienta que se quiebra, y recuérdame que tú no me has dejado.
Aunque no entienda, aunque no vea salida, aunque todo parezca derrumbarse…mi esperanza sigue viva porque Tú estás conmigo.Y si tú estás, no falta nada.
Abre tu cielo sobre mí.Ven, Pastor eterno, y guíame a través de esta tormenta.Estoy cansado de fingir que estoy bien, cuando por dentro siento que me derrumbo.Estoy cansado de decir “todo va bien” cuando ni siquiera puedo dormir por la noche.Ven con tu vara y tu cayado. Llévame a pastos verdes, aunque todo a mi alrededor parezca desierto.
Sosténme cuando mis piernas no respondan.Defiéndeme cuando el miedo me quiera devorar.Y por favor… no te apartes ni un segundo.
Hoy no quiero riquezas, no quiero respuestas rápidas.Solo quiero saber que estás conmigo.Eso me basta.Eso me salva.
Señor…Solo vengo a suplicarte: quédate conmigo.
Tú sabes lo que he vivido. Tú conoces mis pensamientos más íntimos.Has visto mis lágrimas caer cuando nadie más las notaba.Y aun así, nunca te has ido.
En esta hora, te pido que me abraces con tu paz.No necesito entenderlo todo, solo necesito sentir que tú estás aquí.
Camina conmigo, buen Pastor.Guíame con ternura por este valle que me asusta.Muéstrame que no estoy solo, y recuérdame que aún en la oscuridad, tu luz no se apaga.
Gracias por amarme tal como soy.Gracias por prometer que tu bondad y tu misericordia me seguirán todos los días de mi vida.
Amén.
Cuando todo se derrumba a tu alrededor, este Salmo se levanta como escudo.Dios no te promete que no habrá problemas, pero sí te asegura Su compañía fiel.Él te dice: "Aunque camines por el valle más oscuro, Yo iré contigo."¿Lo sientes?
No estás solo, no estás sola.
Hay un Pastor que va delante de ti, luchando batallas que tú no ves.
Y aunque hoy no tengas fuerzas para clamar, solo repite en tu corazón:“Tú eres mi Pastor… nada me faltará.”