SALMO 50: La CLAVE para Salir de la Adversidad

¿Te alejaste de Dios y ya no sabes cómo volver?

No estás aquí por casualidad. Esta es una cita divina.

Dios no te ha soltado… y esta oración es el primer paso de regreso a casa.

Quédate hasta el final y deja que esta oración restaure lo que parecía perdido.

📖 Devocional completo:

A veces el alma calla, pero el corazón grita por dentro.

No sabes cómo explicar lo que sientes, solo sabes que algo no está bien…

Que ya no tienes la misma paz, que tus oraciones se volvieron silencios, que tus fuerzas están agotadas…

Y aunque nadie lo sepa, tú sí lo sabes: te alejaste de Dios.

Pero escucha bien esto: a Dios no se le escapa tu dolor.

No se ha ofendido contigo. No te ha reemplazado. No te ha tachado de su lista.

Solo está esperando que le digas: “Padre, quiero volver.”

¿Sabes algo?

No necesitas tener todo en orden para regresar.

No necesitas limpiar tu corazón para que Él te abrace.

Es al revés: Su abrazo es lo que limpia, su amor es lo que restaura, su presencia es lo que te hace nuevo.

En el Evangelio, Jesús no puso condiciones para recibir al hijo pródigo.

El hijo solo se levantó, tomó el camino de regreso…

Y el Padre corrió a su encuentro.

Ese es el Dios al que hoy queremos volver.

Este mensaje es para ti, que extrañas esa paz de antes.

Que sabes que tu alma está sedienta,

pero también sabes que la fuente nunca dejó de manar.

Hoy, sin importar cuánto tiempo haya pasado, sin importar lo que hiciste, puedes regresar.

Y no regresar para ser castigado… sino para ser restaurado.

🙏 Oración para reconciliarse con Dios (larga y profunda):

Padre…

Hoy no vengo a justificarme, vengo a sincerarme.

Sé que me alejé… poco a poco, casi sin notarlo,

hasta que ya no sabía cómo volver.

Pero en este momento, delante de ti, reconozco que mi alma te extraña.

Te echo de menos, Dios. Echo de menos tus abrazos, tu paz, tu mirada.

He intentado llenar este vacío con muchas cosas,

pero nada ha funcionado.

Hoy entiendo que no es éxito, ni dinero, ni personas…

es tu presencia lo que me hace falta.

Perdóname por haber cerrado la puerta.

Perdóname por haber callado tu voz,

por haber creído que podía solo.

Sana mis heridas, Señor.

Rompe todo orgullo que me impide acercarme.

Dame un corazón humilde para reconocerte en cada paso.

Quiero volver a sentirte como antes… no, mejor aún: más profundamente que nunca.

Restaura mi fe,

haz nuevas mis intenciones,

dame un corazón limpio.

No quiero volver a alejarme,

quiero quedarme contigo.

Gracias por no rendirte conmigo.

Gracias por seguirme con tus ojos de Padre,

aunque yo te diera la espalda.

Te entrego mi vida de nuevo,

no porque soy perfecto, sino porque te necesito.

Hoy vuelvo a casa…

y confío en que tus brazos aún están abiertos para mí.

En el nombre de Jesús,

Amén.

📌 Conclusión emocional + llamado a la acción:

No eres el único que se ha alejado, pero puedes ser uno de los valientes que regresan.

Dios no busca gente perfecta. Busca hijos e hijas que digan: “Papá, estoy de vuelta.”

🕊️ Si esta oración tocó tu alma, no la guardes solo para ti:

comparte este video con quien necesite reconciliarse con Dios.

Deja un comentario con fe: ✍️ “Hoy regreso a casa, Señor.”

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— Sergio Andrés, tu Consejero Espiritual.