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Si pudieras viajar en el tiempo



Si pudieras viajar en el tiempo
Si pudieras viajar en el tiempo


Queridos, en nuestra jornada espiritual nos encontramos siempre explorando los rincones de la fe, buscando respuestas, consuelo y sabiduría en los senderos que trazamos junto a nuestro Creador. Hoy, sin embargo, nos aventuraremos en un viaje un tanto peculiar, uno que trasciende los límites de la realidad tal como la conocemos: el viaje en el tiempo.

Imagina por un momento que te es concedido el don de recorrer los senderos del tiempo, retroceder hacia el pasado o adelantarte hacia el futuro. ¿Qué harías con tal poder? ¿Qué buscarías cambiar o revivir? A primera vista, puede parecer una fantasía, un anhelo que solo se materializa en las páginas de la ciencia ficción. Pero ¿y si te dijera que hay lecciones profundas que podemos extraer de esta reflexión? Acompáñame mientras exploramos juntos este viaje interior, donde la fe se entrelaza con la noción del tiempo, y donde quizás, encontremos una mayor comprensión sobre nuestro propósito y nuestra conexión con el divino.


Si pudieras viajar en el tiempo, ¿preferirías ir 100 años en el pasado o 100 años en el futuro?

Querido amigo y amiga, esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre el misterio del tiempo y los temores que surgen al contemplar lo desconocido que nos depara el futuro. Se dice que las personas tienen más miedo del futuro que del pasado, y esto no es sorprendente. Identificamos temores en lo desconocido y nos preocupamos de que el futuro no sea lo que esperamos. Pero hoy te digo, no hay necesidad de temer.


Tu futuro está seguro en Cristo, el cual es fiel y cumple todas sus promesas para tu vida. Él conoce el tedioso deseo específico en tu corazón para que puedas pasar tus años aquí en la tierra. Al vivir tu llamado, recuerda que tienes a un Dios poderoso que te promete que no tienes que preocuparte por lo que va a suceder, porque Él ya lo sabe. Tu Dios es un Dios ilimitado, que cuida de las aves del cielo y de los lirios del campo, y ¿no eres tú de mucho más valor que ellos?


Mateo 6:34 nos dice: "Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal". Entonces, ¿por qué nos preocupamos tanto del futuro? Bueno, somos humanos. No seas demasiado duro contigo mismo. Pero recuerda las palabras de Jesús en Mateo 6:26: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"


Es completamente normal estar preocupados sobre el futuro. Sin embargo, si esperamos pacientemente en el Señor, él nos dará los deseos de nuestro corazón. Pasemos nuestros días anticipando la vida abundante que Cristo nos ha prometido.


Oremos: Amado Señor, tú eres nuestra esperanza y nuestra fortaleza en tiempos de problemas. Eres nuestra ayuda y siempre estás presente en este mundo difícil. Confiamos en que tienes el futuro en la palma de tus manos y te agradecemos porque siempre estás ahí para satisfacer nuestras necesidades y protegernos de las tormentas de la vida.


Señor, no importa lo que nos depare el futuro, confiamos en que permanecerás a nuestro lado. Sabemos que aunque en este mundo tendremos tribulaciones y pruebas, tu gracia es suficiente para todas nuestras necesidades. Ayúdanos a confiar en ti sin importar los problemas y dificultades que surjan, porque nuestra esperanza está puesta en ti.

En el nombre de Jesús, amén.



 

Hoy hemos reflexionado sobre el miedo al futuro y la incertidumbre que nos embarga al contemplar lo desconocido. En medio de nuestras preocupaciones y ansiedades, hemos sido recordados del amor y la fidelidad de nuestro Señor Jesucristo.


Si pudieras viajar en el tiempo, ¿preferirías ir 100 años en el pasado o 100 años en el futuro? Esta pregunta nos lleva a reconocer nuestra tendencia natural a preocuparnos por lo que está por venir. Sin embargo, hemos sido exhortados a confiar en el Señor, quien tiene el control sobre todas las cosas y promete estar con nosotros en cada paso del camino.

No importa cuán incierto parezca el futuro, podemos descansar en la promesa de que nuestro Dios es fiel y cumplirá todas sus promesas para nuestras vidas. Como hijos e hijas del Altísimo, podemos enfrentar el mañana con valentía y esperanza, sabiendo que nuestro destino está seguro en las manos amorosas de nuestro Salvador.


Así que dejemos atrás el temor y la ansiedad, y confiemos plenamente en el Señor, quien nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento. Que podamos vivir cada día con la certeza de que nuestro futuro está seguro en Cristo, y que nada en este mundo puede separarnos de su amor inquebrantable.


Que esta verdad nos llene de fortaleza y ​​esperanza en medio de cualquier desafío que enfrentemos, y que vivamos cada día con la confianza de que Dios está obrando todas las cosas para nuestro bien.


En el nombre de Jesús, amén.


 

Queridos, en medio de las tormentas y las incertidumbres de la vida, hoy les hago un llamado: confíen en el Señor con todo su corazón y no se apoyen en su propio entendimiento. Reconozcan sus temores, pero no permitan que dominen sus vidas.

Si el miedo al futuro te paraliza, si la ansiedad te consume, te invito a entregar todas tus preocupaciones a Aquel que puede sostenerlo todo. Jesús nos dice en Mateo 11:28: "Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar". Él es el único que puede calmar nuestras preocupaciones y dar paz a nuestro corazón atribulado.


Así que hoy, decídete a dejar de lado el temor y abrazar la confianza en Dios. No importa qué desafíos enfrentes o qué incertidumbres te rodeen, recuerda que tienes un Padre celestial que te ama profundamente y que tiene un plan perfecto para tu vida.

Entonces, ¡levantémonos juntos en fe y esperanza! Confía en el Señor con todo tu ser, y verás cómo su amor y su poder transforman tus temores en confianza, tus ansiedades en paz y tus preocupaciones en una fe inquebrantable.


¡Que el Espíritu Santo te fortalezca hoy y siempre mientras caminas en la seguridad de la mano de tu Salvador! ¡Amén!


 

Ejercicio: Diario de Gratitud y Confianza

  1. Establece un tiempo diario: Dedica unos minutos cada día, preferiblemente por la mañana o por la noche, para realizar este ejercicio.

  2. Encuentra un lugar tranquilo: Busca un lugar donde puedas estar tranquilo y sin distracciones durante unos momentos.

  3. Reflexiona sobre el día: Toma un momento para reflexionar sobre tu día. Reconoce los momentos de temor o ansiedad que hayas experimentado relacionados con el futuro.

  4. Practica la gratitud: Escribe al menos tres cosas por las que estés agradecido en tu vida en este momento. Pueden ser pequeñas o grandes bendiciones, como la salud, la familia, los amigos, la naturaleza, etc.

  5. Confía en el Señor: Escribe una breve oración donde expreses tu confianza en Dios para el futuro. Puedes usar palabras como las que hemos compartido en el devocional, recordando las promesas de Dios y entregando tus preocupaciones en sus manos amorosas.

  6. Haz una pausa en la presencia de Dios: Tómate unos momentos para estar en la presencia de Dios en silencio, meditando en su amor y su fidelidad.

  7. Termina con acción de gracias: Concluye tu tiempo de reflexión agradeciendo a Dios por su amor y su cuidado en tu vida.

Este ejercicio te ayudará a cultivar una actitud de gratitud y confianza en Dios en medio de tus preocupaciones por el futuro. Con el tiempo, verás cómo tu corazón se llena de paz y esperanza mientras confías en el Señor en todas las circunstancias de la vida.

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1 Comment


Unknown member
Apr 25

Amén 🙏

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